miércoles, 15 de febrero de 2012

Parte de nuestra historia

Siempre me han gustado las manualidades. Mi madre las odia.

Esto significa que, durante muchos años, he tenido que buscar mi sitio entre hacer casas de muñecas de papel, castillos de cartón y gomaespuma, flores de cartulina con perfume y todo, e incluso las famosas mariquitas.






He tenido que recorrer sola un montón de maravillosas experiencias que, por resumir, me llevaron hace unos años a hacer una colección sobre abalorios. Me compré en el kiosko el primer número para ver si hacía algo con el estuche lleno de bolitas de colores que había ido guardando no sé muy bien cómo ni cuándo y me acabé suscribiendo a la colección que hice rigurosamente durante más de un año.


Y ese fue el fin.  O el principio, no sé, porque aquella colección de abalorios que empezó de una manera casi anecdótica, me llevo a curiosear por internet, y a su vez, a conocer a Bea y Raquel.

La primera vez que vi a Bea, se rió de mi, y creo que desde entonces es raro que pasemos 5 minutos seguidos sin reírnos.
La primera vez que vi a Raquel se disponía a pintar una habitación entera ella solita, y desde entonces no la he visto parar de hacer cosas (todas buenas).

Ni Bea ni Raquel se hacen idea de lo importantes que han sido en mi (nuestras) vida(s). Antes de conocerlas no teníamos ni idea de hacer flores con tela, o alfombras con trozos de camiseta. No teníamos un sitio donde reunirnos, ni donde tomarnos un cafetín, ni donde experimentar con el fimo y la resina. Ahora cada martes nos reunimos en Estaribel (la tiendecita que han montado con mucho esfuerzo e ilusión, y que nosotras hemos visto nacer) y compartimos experiencias, desengaños, dudas, problemas, y sobretodo muchos buenos momentos. Nunca falta algo dulce que comer y un café, y si estamos muy cansadas Bea nos enseña a hacer punto de relieve cruzado (y doble salto mortal) con ganchillo.


En definitiva, el club de los martes en su conjunto, y yo como 'portavoza' casual de este momento, queremos agradecer a las dos su colaboración e inspiración para este proyecto que nos traemos entre manos. No podíamos (ni queríamos) contaros cosas nuevas sin antes contaros esta mini historia que es también parte de la nuestra como club de los martes.

Y todo porque mi madre odia las manualidades. Aunque yo ya he encontrado mi sitio.

1 comentario:

  1. joooooooooooooooo que se me han conmovido las entrañas!!! sois los ángeles que nos animáis cada semana a seguir peleando por nuestro sueño.
    Muuuchos besos y nos vemos el martes, por supuesto!
    Raquel

    ResponderEliminar