miércoles, 1 de febrero de 2012

San Valentín

Siempre que llega San Valentín me acuerdo de mi primer beso. Corrían los años 90, pero yo aún seguía anclada en la década anterior, y en mi radiocasette  sonaba sin parar una cinta grabada de Antonio Vega. Él era 4 años mayor que yo y me besó debajo de un árbol, cuando me acompañaba a casa. Fue un beso corto que pasó casi de puntillas.

Me acuerdo de bajar a la cabina telefónica para que no me escuchasen en casa hablar con él desde el  fijo, porque entonces no había Iphone ni Whatsapp, y el único ordenador que conocíamos era un viejo Commodore en el que jugábamos al Arkanoid y a los Space Invaders.

El amor cambia con la edad, es cierto. A los taytantos parece que es obligado que San Valentín signifique un restaurante caro, un vestido bonito, unas rosas rojas. Pero yo siempre recordaré cuando el amor no era más que reírnos y matar marcianitos mientras escuchábamos “La chica de ayer”.

0 comentarios:

Publicar un comentario